El paisaje de las Gavarres esconde las masías donde el Grup Brugarol elabora sus reconocidos vinos y aceites, y donde despliega el mejor catálogo de experiencias a huéspedes y visitantes.
Allí donde acaba la carretera asfaltada empieza la pista forestal y nuestra aventura. La primera curva está a mano izquierda, la segunda a mano derecha, y vendrán muchas más entre los bosques de encinas y pinos de este tramo del macizo de las Gavarres. A medida que ganamos altura perdemos cobertura en el teléfono móvil, así de perfecto es el camino que nos conduce hasta una finca que hace justicia a su nombre: Bell-lloc. Aquí, a los pies de los restos del castillo medieval Vila Romà de Palamós, rodeados de viñedos y colinas, con el mar en el horizonte y bajo la atenta mirada oculta de la escultura de Jaume Plensa que preside el jardín, nos entregamos al caleidoscopio de experiencias que nos propone Brugarol.
La primera es abrir la maleta en cualquiera de las elegantes y acogedoras habitaciones con nombres de variedades de uva; o en el espectacular Mas Antoniet, una masía catalana restaurada con piedra, madera y otros materiales nobles; o en el singular apartamento con piscina que está junto a los viñedos y la bodega, donde en septiembre celebran una fiesta participativa de la vendimia. Visitar la cava es toda una vivencia porque es una impresionante obra subterránea diseñada por los elogiados RCR Arquitectes, un escenario lleno de luces y sombras donde los vinos y espumosos que Brugarol trabaja de forma artesanal y sin aditivos añadidos envejecen sin prisas. Los acabaremos probando, degustando e integrando en el cuerpo y en el alma de la misma manera que probaremos, degustaremos e integraremos una excelente propuesta gastronómica. Los desayunos de tenedor, comidas y cenas son un pedazo de paisaje en el plato: verduras, hortalizas y hierbas aromáticas de su huerto ecológico, huevos de sus gallinas, quesos de cabras y ovejas que campan a sus anchas por sus terrenos, mieles, mermeladas, vinos y aceites de oliva virgen extra que elaboran con aceitunas picual, arbequina y argudell, y pescado fresco del puerto de Palamós.
Agricultura y arte en el Mas Salvà y en el Mas del Vent
La Finca Bell-lloc era el destino de las vacaciones familiares de los Engelhorn en el Baix Empordà y, con tiempo y esfuerzo, se ha convertido en el epicentro del grupo que han impulsado y que se extiende más allá de donde estamos ahora. Llega hasta el Mas Salvà, por ejemplo, una masía restaurada respetando la arquitectura original del siglo XIII, un precioso espacio museizado y revestido de arte contemporáneo por dentro y habitado por caballos, cabras y ovejas por fuera. De los animales cuida un pastor y todo el mundo que lo quiera –porque ésta es otra de las ideas que tenemos al alcance– puede acompañarle mientras pace los rebaños, una oportunidad única para descubrir todos sus secretos.
También esconde misterios el fantástico Mas del Vent, originalmente llamado Mas Brugarol. Se ubica en el núcleo de la Fosca de Palamós y está compuesto por una masía y una torre del siglo XVI que forman parte del Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña, y por un claustro de estética románica que ha provocado un intenso debate intelectual sobre su autenticidad. Este conjunto, donde se encuentra el huerto ecológico que abastece la despensa del grupo, se puede visitar a través del Museo de la Pesca de Palamós y es un entorno perfecto para organizar eventos privados y de empresa.
Dicen los Engelhorn que creen en esta tierra y que están orgullosos de ser sus guardianes. Quizás no saben que, además, custodian esos pequeños momentos felices que nos llevaremos a casa y que representan el mejor estilo de vida posible: comer, beber, dormir, pensar, mirar y, simplemente, ser.