Con sus antiguas cepas y la nueva tecnología de su moderna bodega, ofrece una gama de vinos de calidad, surtida tienda y una sala de catas con exposiciones de arte donde organizan eventos.
Un anfiteatro sobre el Mediterráneo, resguardado por los Pirineos, que se transforma con el paso de las estaciones: En invierno, raramente llega la mágica y silenciosa sorpresa de la nieve. En primavera, los verdes son tiernos y suaves. En verano, todo se tiñe de una luz dulce, como tocada de color melocotón. En septiembre, las viñas del Empordà son de un gris dorado, elegantísimo. Y cada vendimia, expresa este ciclo perfecto de la tierra…
Donde los Pirineos van a morir al mar, en el Cap de Creus, tierra formada por pizarras con parches de granito. Su mayor empeño es dejar que los vinos hablen del terruño: del suelo de sauló y pizarra, de la tremenda Tramontana, de Lledoner y Carinyena… Quieren transmitir la esencia del Ampurdán, haciendo buenos vinos que hagan pensar y arranquen sonrisas.