Esta finca ampurdanesa está impregnada de una filosofía enraizada en la tierra, que aprovecha los avances para aportar calidad, sin restar esencia y autenticidad.
En el Mas Bell Lloc cada habitación tiene su propia personalidad, que se transmite en su decoración. Son fruto de una mezcla de estilos en los que obras de arte modernas conjugan con piezas de mobiliario antiguo, pero con un denominador común: la comodidad y la tranquilidad.
Dentro de la finca está la ermita de Bell Lloc y la Bodega Brugarol y justo al lado en lo alto de un cerro, el Castillo de Vila-romà.