Hace más de 40 años, el maestro heladero Angelo Corvitto se inició en el mundo de la heladería poniendo toda la pasión y apostando por la innovación. A partir del año 2000, su hijo Hervé Corvitto se incorporó al equipo y le dio un nuevo impulso, adaptando y perfeccionando la técnica a las nuevas exigencias de la restauración en unas instalaciones modernas situadas en el Empordà. Al lado del obrador hay una pequeña tienda museo donde degustar y comprar helados.